HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS REVELAN QUE EL CACIQUE CALFUCURÁ TENÍA UN PROYECTO POLÍTICO MUY PARECIDO AL DEL ACTUAL GOBIERNO MUNICIPAL

El Ingeniero Agrónomo Indalecio Carlos Buchanan, investigador de la Universidad Nacional del (Barrio) Noroeste, reveló a la prensa que “los indios araucanos ya tenían un Proyecto Político para la ciudad, muy similar al que se está usando actualmente”. Como resultado de sus recientes excavaciones arqueológicas y agropecuarias en el patio de su casa (Bolivia al 700), Buchanan explicó que “mientras hacía los surcos para los zapallitos, encontré un cuero de ñandú con inscripciones rúnicas, dialecto que usaban los mapuches luego de un par de malones culturales que los nativos hicieron a Europa.” El escrito estaba firmado por el mismísimo Calfucurá y en él se manifestaba que para Bahía Blanca y la zona, el mítico Cacique había bosquejado “un Proyecto Político claro, tan claro como las Salinas Grandes en donde el sol del Mapu Cahuelo refleja el espíritu luminoso de los guerreros huilches” (sic). El singular papiro abunda en expresiones poéticas como la precedente, aunque Calfucurá concluye que “al que no le guste mi plan, que lo discuta con mi tacuara”.

La importancia de este documento – explica Buchanan – es que demuestra que por lo menos el indio de aquel entonces había puesto sus ideas por escrito. En la actualidad cualquier funcionario dice que el Proyecto Político esto y que el Proyecto Político aquello
... pero en el fondo nadie sabe a qué caranchos se está refiriendo.”

Para el Proyecto Político del Cacique (el de antes) resultaba fundamental la reestructuración del centro de la aldea, la colocación de un puente para caballos sobre el Napostá y la remodelación de la Terminal para Carretas, entre otras obras de importancia. Por eso es que el indígena (el de antes) pensó en reducir a cenizas la Fortaleza Protectora Argentina que –según reza el documento- “es una rémora de la administración anterior, huinca y reaccionaria”. También deseaba pasar a degüello a quien se le opusiera y hacerlo a la vista de toda la gente, en plena Plaza Rivadavia o en el playón del Shopping, “con la idea de marcar una gestión de gobierno transparente y más cerca del pueblo”.

Con estos objetivos lanzó el malón del 19 de Mayo de 1856, que fuera repelido por los leales y valientes soldados de la Legión Agrícola Militar Italiana, que se encontraban de paso por la ciudad luego de asesinar por la espalda a su propio comandante. Los militares fueron apoyados por los pobladores de la aldea, los cuales se alzaron en armas debido a su preocupación por el impacto vehicular que se producía en cada ataque de los indios.

Tras el fracaso de la asonada, Calfucurá fue destituido por sus capitanejos y lenguaraces, quienes utilizaron hábiles operativos de prensa para dividir la opinión pública de las tolderías. Se produjo así la única derrota electoral del oficialismo en toda la República Araucana, lo que paradójicamente se repetiría en las legislativas del 2005.
"Hasta aquí las coincidencias" -remata Buchanan- "Humillada su hirsuta cerviz pero conservando el honor, el Gran Cacique se subió a su mejor caballo y rumbeó para el poniente mascullando: Volveré y seré malones”.

En otro cuero de ñandú encontrado cerca de las lechugas, Calfucurá relata este suceso y comenta en su particular dialecto: “¡¡Me cacho en dié!!. ¡¡En esta aldea son una máquina de impedir!!. Mejor me voy para Carhué, me tomo un baño termal y me dedico a organizar festivales de folklore.”
Allí murió, a la edad de 110 años y sin la menor cobertura social.
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